27 de marzo de 2010

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El Sombrero es solo Papel


Sombreros de mujeres de Norte Potosi
Hace días  los amigos de Pachakamani publicaron un interesante artículo “El Sombrero como parte de la expresión de las Culturas Andinas” donde Richard intenta demostrarnos que él sombrero que usan las mujeres y los varones en las comunidades indígenas de Norte Potosí y Sur de Oruro, son los soportes de elementos iconográficos que expresan la identidad cultural de sus poseedores.
Antes de continuar leyendo este artículo recomiendo encarecidamente se lea a Pachakamani previamente.
No puedo negar que cuando mi lector de feeds me informo que Pachakamani tenía una actualización con un articulo tan interesante, mi primera intención era hacer una fuerte crítica, pero otra vez Richard deja muy poco espacio para maniobrar con un articulo tan claro, pero, siempre hay un pero, la conclusión a la que llega es muy apresurada, lógica pero apresurada al final. Pero no nos adelantaremos.
Entremos en materia. El artículo es casi redondo salvo por dos elementos que considero claves. El primero
“en las últimas décadas, el sombrero fue cobrando otras significantes. Dos de ellas: el prestigio y, con este, el símbolo de autoridad.”
Richard olvida una de las reglas fundamentales de la antropología, todo elemento cuya obtención sea más dificultosa tiene mayor potencial de ser un símbolo, o ser el elemento de sustentación de uno o varios símbolos, por lo tanto el sombrero que es adquirido en el mercado (de intercambio) por un alto precio, confeccionado con materiales importados tiene más potencialidad de ser objeto simbólico que otros, por ello un libro adquirido en un sitio cualquiera tiene desventaja frente a una biblia cristiana manuscrita del siglo XIII, debido simplemente a que la ultima es de más difícil obtención. Aunque antes de que lancen sus sables contra mí no se puede olvidar una variable fundamental, la inteligencia emocional de los humanos tiene la capacidad de convertir a una roca cualquiera en un poderoso símbolo.
Y el último problema que observe en el artículo citado es que:
En la etapa de la plena juventud, entre los 17 a 20 años, se dice que la energía espiritual de la persona pasa del ombligo a la cabeza en el caso del varón, y del ombligo al corazón, en el caso de la mujer; por ello, el hombre teje su gorro (ch’ullu) “con diseños que le inspiren, y la mujer debe tejer su aguayo, lo que envuelve su cuerpo y corazón, donde ella debe incorporar diseños que le den inspiración”(Arnold 2007: 118)
En esta frase quizás por prisa o por limitaciones de espacio, Richard deja escapar un punto principal, los jóvenes que tejen tanto su “ch'ullu” y su “aguayo”

Un aguayo con predominancia del negro
, no donan esas obras, tampoco las intercambian, sino que las usan ellas mismas, por lo tanto el ch'ullu y el aguayo no se convierten en un objeto de circulación sino que son más parecidos a un don, un don donde ellos mismos son los receptores. Si entendemos que en la relación del don, el objeto obtiene un espíritu, ese espíritu es el que los acompaña.
Esta es solo una hipótesis pero la considero merecedora de investigación, o quizás solo sea una fantasía mía el ver espíritus de don en todos los actos humanos, no solo donde intervienen símbolos sino donde interviene emociones y sentimientos.
Para terminar solo puedo decir que el artículo de Pachakamani es un interesante aporte a la antropología, no por que hable de indígenas, sino trata uno de los tópicos principales, el cambio y la continuación de una o varias pautas conductuales. Al demostrar que el sombrero es el nuevo soporte donde se plasma la iconografía y los símbolos, yo entiendo que Richard está hablando del sombrero como si fuera papel, donde se escribe y comunica tanto la identidad cultural y el estatus del individuo en cuestión.
Sin nada más que escribir.... por el momento.
Atte.
Jean Wolf

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