La muestra, organizada por Cajastur y que permanecerá expuesta hasta el 1 de mayo en el Centro de Arte Teatro Fernán Gómez de Madrid, exhibirá desde mañana un total de 193 obras tanto tradicionales como contemporáneas.
Siguiendo un orden geográfico y cultural, la exposición muestra una selección de objetos representativos de dos de las principales preocupaciones de los africanos: las creencias y los símbolos de poder.
Tallas relacionadas con el culto a los antepasados, figuras de poder utilizadas para combatir el mal, máscaras de carácter lúdico o ritual y muñecas de la fertilidad se mezclan con objetos que representan el símbolo de poder y que marcan el estatus social de los miembros de la comunidad, como los bastones de mando o los asientos y reposacabezas.
Se desconoce el autor de la mayoría de estos objetos de uso tradicional, aunque no la cultura a la que pertenece, por lo que en la muestra aparecen relacionados con el grupo al que pertenecen.
Los objetos han sido seleccionados no sólo por su valor estético, sino también por los referentes sociales y culturales en que se producen.
En cuanto a las obras contemporáneas, tratan de reflejar las raíces culturales vinculadas a la condición humana en piezas en las que conviven distintas disciplinas como la pintura, escultura, audiovisuales o fotografía.
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| Masacara africana |
La muestra refleja la continua evolución de las sociedades africanas con artistas que representan posiciones creativas plurales y que tratan de romper con los clichés que existen sobre África.
Así, la mujer, tradicionalmente relegada a su papel familiar, es ahora reconocida como artista que expresa sus inquietudes a través de sus obras.
Las artistas seleccionadas provocan con sus obras un cambio en la presencia de la mujer subsahariana; así sucede con artistas que aunque actualmente no viven en África, no olvidan la problemática social, económica o política de sus países de origen.
Ese es el caso de artistas como Aida Muluneth, de Etiopía, que vive en Canadá, o de Marlène Dumas, de Sudáfrica, y Angèle Etoundi, de Camerún, que residen en Holanda.
La exposición está comisariada por Francisco de Santos, conservador del Museo Nacional de Antropología, y Salvador Nadales, y entre los museos prestadores están el Nacional de Antropología, el Musée di Quai Branly (París); el Musée Royal de l'Afrique Centrale de Tervuren; el Musée d'Ethnographie de Ginebra o el Ethnologisches Museum de Berlín.
La selección tradicional muestra 137 objetos representativos de 56 grupos étnicos de 25 países, mientras que la contemporánea incluye 56 obras de 24 artistas y 14 países procedentes del área subsahariana.
En sus obras laten cuestiones de plena actualidad sobre las que los artistas se preguntan, como el sida, la frontera, la identidad, la migración, la escasez de agua, la discriminación o la corrupción, aunque todas ellas algo tienen en común: su amor por África. EFE
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