20 de agosto de 2014

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El libro ¿Ha muerto? El libro digital y los retos que nos presenta

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No puedo negar que soy un fanático del libro digital, además que varias veces que expresó este fanatismo tiendo a decir la frase, el libro está muerto, para luego expresar la más cabalmente como “el libro como formato está muerto”. ¿Y esto qué significa?

Pues simplemente que en los últimos 20 años, el libro, como expresión estructurada de ideas de un colectivo o de una persona puestas a disposición del público, con más o menos restricciones, está más vivo que nunca. En los últimos 20 años ha escrito más libros en América Latina, y el mundo, que los últimos 100 años. Muy pocas personas pueden decir que en su vida han tocado un libro o por lo menos lo han hojeado.

El libro está disposición de muchas personas, lo que significa que las ideas están circulando mucho más que antes, por lo tanto porque dijo que el libro está muerto. Simplemente porque el libro como formato, es decir páginas impresas, encuadernadas y presentadas para su venta es un libro que ha muerto. Pero como todas las cosas que mueren dan la impresión de que está más vivo que nunca.

Pongámonos en contexto. En el mes de agosto de 2014 en la ciudad de La Paz Bolivia, se organizó la 19 feria internacional del libro, una gran parafernalia para el libro escrito, publicado y presentado de la forma tradicional. Rompió todos los récords de asistencia, de ventas, de nuevas publicaciones. Por lo menos los recortes propios. Entonces no podría indicarle que la vieja forma de presentar libros sigue aún con nosotros. Pero estos un espejismo.

Los datos que arroja la librería más grande del mundo Amazon.com son abrumadores. La venta de libros digitales ha superado ya desde el 2012 la venta de libros impresos. Se ha vuelto mucho más común en algunos países es regalar libros vía correo electrónico, cupones de descuento u otras formas para distribuir el libro digital. Así las veces veía como algunas librerías recurrían a la venta de libros digitales a través de panfletos, que contenían un código que una vez reconocido descargaba dispositivo preferido el libro adquirido.

Si bien quizás es una exageración decir que libro muerto, el libro como formato, no me trataré de ello, porque sigo la vieja idea expresada en él la mítica novela “Fundación” de Isac Asimov, en la que indicaba que si bien el imperio galáctico estaba muerto aún iba dar sus últimos pataleos por lo menos unos cuatro o cinco siglos más. En esa lógica puedo indicar que el libro impreso se verá cada vez más reducido en pos del libro digital. En muchos lugares ya se considera que el publicar un libro tan sólo de forma impresa es una tarea fútil.

Para terminar les dejo con el vídeo generado por CERLAC sobre los retos que plantea los nuevos consumos culturales, y como las políticas públicas tienen que permitir que la mayor cantidad posible de personas tengan acceso a los libros, quizá ya no de la forma anticuada construyendo bibliotecas, costosas e implementación y su mantenimiento, sino tal vez viendo la forma de hacer puntos de acceso para bibliotecas digitales públicas.

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