Esta función de preservación en nuestro caso como especie es llamada por algunos académicos y académicas como “sexualidad humana”. Las bases fundamentales de esta conducta son normadas por dos pilares, el biológico y el cultural.

Para ello la hembra deberá atraer a los machos mas capacitados mediante signos que demuestren su capacidad fecundadora. Estos signos fueron desarrollados en el proceso de hominizacion, desde que los primeros primates se yerguen la atención de los nuevos homínidos se tuvo que concentrar en la parte superior del cuerpo, minimizando su atención a la parte inferior. Por ello las hembras humanas desarrollan mamas mas grandes que su parientes primates mas cercanos.
Entonces, en conclusión las mujeres deberían tener mamas desarrolladas (eso no implica copas mayores a la “B”), que denoten su madurez sexual. Ellas recibirán la atención de tantos machos como sea posible, de ellos eligieran los mas adaptados, tanto para cuidarla en el periodo de gestación como brindad mayores posibilidades de sobre vivencia de la nueva generación. Suponiendo que el medio ambiente sea un ciudad cuyo sistema económico sea el capitalista, el macho mejor dotado será el que sea económicamente solvente (rico). ¿Y nosotros los pobres?
Pues para nosotros que podemos ser considerados como menos adaptados, machos con deficiencias mentales, físicas y/o sociales (estos últimos implican; violentos, celosos, irresponsables, inmaduros y demás) no podríamos heredar nuestros genes a las nuevas generaciones, y créanme algunos machos no deberían hacerlo. ¿Qué podemos hacer?
Pues a nuestro rescate la sociedad creo la cultura, bueno la creo para que podamos adaptarnos a nuestro medio ambiente y podamos organizar de cierto modo nuestra vida. En algunas culturas es la sociedad la que determina que mujeres se casan con ciertos varones, sin importar si ellos son o no capaces o tengan o no deficiencias como las antes mencionadas. En la mayoría de estas sociedades las mujeres se ven obligadas a escoger los varones con los que engendraran las nuevas generaciones. Esta obligación puede ser tacita como entre los Ifugao de Luzon o encubierta como en la Inglaterra (preguerra mundial). Por lo

Pero en estos tiempos de revolución sexual, en especial en el mundo occidental (creación norteamericana pero termino muy útil) capitalista, parece que la mujer tiene mas posibilidades de poder elegir de modo mas libre sus parejas sexuales, y con mas razón al padre de sus hijos.
Este tema lo tratare con mas detenimiento en próximos artículos.
Jean Wolf
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