El primer capítulo de "Antropología posmoderna" de Clifford Geertz se titula "Antropología: la venganza de la idea" es una reflexión sobre la idea de que la antropología como una ciencia que se ocupa de los "otros", siendo estos aquellos que se encuentran fuera de la cultura occidental y por ello se convirtieron en el clásico objeto de estudio y análisis por parte de los antropólogos.
Geertz argumenta que la antropología está centrada en la idea de la cultura, y que la cultura se ha concebido como un sistema de significados simbólicos que se transmiten de generación en generación, el clásico "pautas de conducta y comportamiento trasmitidos y compartidos". Este es el giro de Geertz, este sostiene que esta idea de la cultura está desafiada por el movimiento posmoderno, cuestionando la idea de la objetividad y la universalidad del conocimiento antropológico. Una idea no muy innovadora en la ciencia antropológica, ya que se veía este debate ya en los tiempos de Julian Steward
Geertz indica que la posmodernidad ha obligado a la antropología a reflexionar sobre su propio papel como disciplina y sobre la naturaleza de la cultura misma. Como propuesta, para Geertz, la antropología posmoderna debe ser capaz de reconocer que la cultura no es un objeto que pueda ser observado y analizado desde una posición neutral y objetiva, sino que es un sistema de significados que se construye a través de la interpretación y la experiencia.
En resumen, el primer capítulo de "Antropología posmoderna" de Clifford Geertz ofrece una reflexión crítica sobre la naturaleza de la antropología y su papel en la comprensión de las diferentes culturas del mundo. Geertz argumenta que la posmodernidad ha desafiado la idea de la cultura como objeto de estudio, y ha obligado a la antropología a ser más reflexiva y crítica sobre su propio papel y sus propias limitaciones.
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